«La vida está llena de altibajos, pero nosotros debemos mantener el equilibrio» ⚖️ – Daniel Goleman
Probablemente, durante la preparación de la EBAU o cualquier examen o prueba importante, sentirás o estás sintiendo distintos sentimientos contradictorios o autosaboteadores. Es normal, nos pasa y nos ha pasado a todos ante algo tan importante y, aunque seas consciente de ello, te seguirá pasando. Pero no te preocupes: NO ES MALO.
Te estás esforzando, lo sé. Son muchas asignaturas diferentes, muchos conocimientos distintos y temáticas muy dispares. Pero hazme un favor, no te rindas. Seguro que de vez en cuando te vienen esos pensamientos negativos que te dicen:
«No te estás esforzando lo suficiente»
«No lo vas a conseguir»
«Tanto estudiar para no acordarte de nada»
Y otros muchos que, al fin y al cabo, nos producen ese mismo sentimiento de culpa, de no ser lo suficientemente válidos para el objetivo que queremos conseguir (por ejemplo, la nota de la carrera a la que queremos acceder). Lucha contra tu «Yo negativo». Eres más fuerte que él. Lo vencerás. Piensa que de una manera u otra, te está retando a que des más de ti. No le des la razón tirando la toalla. Llévale la contraria demostrándole que lo vas a conseguir.
¿Cómo luchar contra los pensamientos negativos?
Para ganar esta lucha, necesitamos que la CONCENTRACIÓN nos ayude. Al poner tu foco de atención en la asignatura que estás estudiándote y abstrayéndote del resto, esos pensamientos desaparecerán, al menos por el momento. Intenta contraatacar con pensamientos positivos como:
«Lo llevo bien. He estado estudiando muchos días, lo entiendo y seguro que me cae algo que me sé.»
Evita caer en el círculo vicioso de la ansiedad. Si ponemos la atención en los pensamientos negativos, el miedo cada vez se hará mayor. Los nervios y el rechazo a que llegue la prueba también crecerán y actuarán en nuestra contra.
Para evitar todo esto, es necesaria una buena organización. Te hablo de ella en este artículo. Donde también encontrarás información sobre el método Pomodoro, muy efectivo para estudiar y mantener la atención a raya y 5 tips para aumentar tu concentración.
Una vez que estamos bien organizad@s, debemos despreocuparnos del examen y centrarnos únicamente en la tarea que vamos a hacer, eliminando todo tipo de distracciones. Controla la situación y trata de que ella no te controle a ti. Para ello, recuerda que, una vez que perdemos la concentración que tenemos ante una tarea por una distracción repentina, tardamos una media de 21 minutos en recuperarla.
¿Quieres aprovechar tus sesiones de estudio y que sean productivas o que sean eternas y sientas que no has avanzado? Si te interesa lo primero, sigue leyendo…
Pregúntate el porqué de las cosas. Aunque algo no te parezca interesante, hazlo interesante para ti.
Imagínate los apuntes de Historia en tu cabeza, trata de pensar como el autor que estás estudiando en Filosofía, alucina con los procesos biológicos de nuestro cuerpo, piensa que estás haciendo los balances de una gran empresa mientras estudias Economía, rétate a ti mism@ mientras realizas ejercicios de Matemáticas, calcula la fuerza que tendrías que hacer para mover ese bloque que está atado a la cuerda que está anclada a una polea en Física…
Piensa situaciones distintas para cada una de tus asignaturas y fíjate en el resultado. Algo interesante engancha.
Otro consejo muy importante para que la negatividad hacia estudiar disminuya es autopremiarte por el trabajo bien hecho. Siempre que esté bien hecho, claro.
Tras estudiar lo que has planificado previamente, – de verdad, no improvises a la hora de estudiar – ponte a ver ese capítulo de esa serie de Netflix que tanto te gusta, o a jugar a la consola, o queda con tus amigos, o habla con tu familia… o haz ese plan que tanto te apetece. Sigue esta fórmula:
PLANIFICACIÓN + ESTUDIO PRODUCTIVO = RECOMPENSA
Y, por supuesto, sé autocrític@. Todos tenemos días mejores y peores, pero nos conocemos. Cuando no hacemos algo por distracciones innecesarias como estar viendo stories de Instagram, que se pueden hacer durante los ratos de ocio, puede que esa recompensa tenga que esperar hasta que recuperemos el tiempo que no hemos sido productivos. Sin embargo, si un día no estás en condiciones de ser productiv@, no te castigues. Replanifícate y dedica ese día o ese momento a otras cosas con las que te sientas mejor.
Obligaciones y ocio. ¿Son compatibles?
Estamos acostumbrad@s a ver, sobre todo durante las épocas de Selectividad o exámenes finales de la Universidad, alumnos que están durante más de 12 horas encerrados en una biblioteca durante las semanas previas a esos exámenes. Además, si te acercas a una de esas bibliotecas y observas el comportamiento de la mayoría de personas que están allí, es muy probable que veas a muchas de ellas con el móvil, hablando con su compañer@ de al lado o mirando por la ventana. Ir a una biblioteca o a un centro de estudio no va a hacer que aprendas más o mejor. Si te ayuda, hazlo. Si hace que tus distracciones aumenten, descártalo. Busca tu ambiente de estudio ideal. Si ir a una biblioteca o estar con un amig@ estudiando te hace distraerte, rechaza su invitación. Piensa en tu bien y aprovecha cada minuto de tus sesiones de estudio.
¿Por qué hago tanto hincapié en aprovechar las sesiones de estudio? Porque es necesario tener ocio. Pasar 12 horas en una biblioteca o en tu habitación encerrad@ no es productivo, ni recomendable. Crea rechazo hacia el estudio y hacia el examen e incrementa nuestra negatividad. Y no queremos eso. Cada cosa en su momento.
El día tiene 24 horas de las cuales, normalmente, dormimos 8. Si quitamos el tiempo en desayunar, comer y cenar, nos quedan unas 13 horas útiles. Si dedicamos una de ellas a tareas de higiene personal, como ducharnos, seguimos teniendo 12 horas, es decir, medio día. Aprovechando bien el tiempo, organizándonos bien (y no dejando todo para la última semana), conseguiremos exprimir esas 12 horas al día como queremos: estudiando y divirtiéndonos. Fíjate en lo que has estado haciendo estos días atrás. Analiza objetivamente si podrías haber aprovechado el tiempo de otra manera y, si la respuesta tras el análisis es que sí podrías haberlo hecho, pasa a la acción organizándote mejor.
Conclusiones
No hay ningún truco: Organiza con tiempo todo lo que tienes que hacer, estudia manteniendo la concentración y la atención en lo que estás estudiando y diviértete como recompensa de haber hecho las cosas bien.
Al aplicar esto, los pensamientos negativos desaparecerán poco a poco porque te sentirás bien contigo mism@ al aprovechar correctamente el tiempo, estar divirtiéndote por el camino y sabiendo cuándo tienes que hacer cada cosa para llegar correctamente preparad@ al examen.
BONUS: Artículo extra + Motivación
Como extra, te recomiendo este artículo, en el que hablo sobre cómo preparar Matemáticas para Selectividad. ¡No te lo pierdas!
Además, como motivación me gustaría decirte que no pasa nada si no consigues lo que quieres. No eres peor persona. Muchas veces el destino nos depara sorpresas que no sabemos ver y que, más tarde, vemos con cariño. Esfuérzate por aquello que quieres conseguir y, si no lo consigues, habrá una solución y el destino te deparará algo mejor que no esperas, ya sea conocer a tu nuev@ mejor amig@ en la clase a la que el destino te ha hecho ir, hacer grandes planes en la ciudad de la Universidad a la no pensabas ir, aprender muchísimo en las prácticas de la carrera que no creías que fueras a hacer… ¡SUERTE! ?
Por último, te recuerdo que si bajas hasta el final de la página, verás mis redes sociales, en las que publico semanalmente contenido de valor sobre EBAU / Selectividad, Matemáticas, métodos de estudio ¡y mucho más!
Espero que te haya gustado y servido. Compártelo con tus compañeros para que sus pensamientos negativos desaparezcan para Selectividad y te agradezcan el consejo. Déjame un comentario para contarme tus inquietudes sobre Selectividad o contarme de qué te gustaría que hablara en el blog.
¡Nos vemos en el siguiente! 👀👋🏻